PESADILLA EN LA COCINA

Los programas de CHICOTE y la consultoría de restaurantes

Hacía años que no veía pesadilla en la cocina.

Ahora estoy pasando unos días en el hospital y me he enganchado a MEGA, el canal de Atresmedia, y mira por donde en su programación se encuentran las reposiciones de pesadilla en la cocina.

Yo que me dedico a algo muy similar a lo de Chicote, salvando las distancias en cuanto a fama lógicamente. No deja de producirme sentimientos encontrados.

Ahora no sé si viene mucho a cuento que hablemos de un programa del que tanto se hablado y del que tantas opiniones se han arrojado, pero yo quiero aportar una visión profesional de quien conoce profundamente al tipo de cliente que protagoniza los capítulos del Show Man.

Entiendo que es un programa cuyo público objetivo busca el espectáculo, la chispa, el impacto, la dramatización, en definitiva.

Pero si alguien cree que un trabajo de consultoría de restauración consiste en aprender a bofetadas como quien dice está muy equivocado.

Yo encuentro fundamentalmente tres carencias: la primera es que se aprieta y se ridiculiza demasiado al cliente y sus empleados como si fuesen monos de feria de cada capítulo, me imagino que esto ya se sabrá dicho. Pero eso de ser el actor secundario BOB, encima de todas las deudas debe ser bastante duro. O eso pienso.

La segunda es que prácticamente no se toca nada de lo que es el servicio a mesa se centra todo más bien en la cocina y en la calidad del producto lo cual es un factor fundamental, pero en absoluto el único de los factores que hace que un restaurante funcione.

El tercer punto es que prácticamente no se habla de números.

En definitiva, es como un melodrama donde se cuenta una historia como si fuese cualquier otra serie de televisión de entretenimiento, lo cual me parece perfecto porque de hecho es un producto que ha funcionado muy bien, pero por otro lado me preocupa que distorsione la visión de lo que es un consultor de restaurantes.

Uno no puede meterse en la cocina y pretender que todo funcione a la perfección utilizando como conejillo de indias a los clientes del restaurante y como títeres a los empleados y a los dueños cuando en la mayoría de los casos existe un problema de base que consiste fundamentalmente en la formación tanto del personal como de la gerencia.

Luego se utiliza de una forma muy llamativa un cambio de imagen en el local como si fuera un programa de cámbiame.

El local queda muy bonito estéticamente, pero sin ningún tipo de lógica estratégica en restauración, por ejemplo, en uno de los programas, que protagonizaba un restaurante italiano, se mantuvo una barra larguísima tras la reforma, si se hubiese reducido o partido a la mitad se hubiesen podido meter por lo menos 3 mesas de 4 personas más en el local.

El señor chicote ha hecho magia, pero verdaderamente es el secreto de los grandes artistas que ven más allá de los demás porque yo jamás en mi vida habría hecho un programa con ese formato y por lo tanto con mucha probabilidad habría fracasado.

Bueno la cosa no va mucho más allá que esta mera reflexión, me permito esta crítica a uno de los grandes de la restauración en España espero que se sepa comprender lo que quiero decir.

Por eso cuando me dicen ¡ah qué te dedicas a eso del chicote!, se me pone esa cara de bobalicón, me encojo de hombros y para no entrar en más conversación soporífera me limito a susurrar …si si más o menos jeje.

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